lunes, 4 de noviembre de 2013

Conociendo más al Señor y sus Caminos

Siguiendo Su Huella

Dentro de las búsquedas comunes y diarias del ser humano está la de un encuentro consigo mismo como parte de la realización propia. Existen otras búsquedas que transitoriamente pierden importancia y vigencia dando lugar a las reales en cada uno y que persisten en la conciencia humana. La búsqueda normalmente es dirigida hacia centros de máxima atención humana pero curiosamente la mirada humana no considera la búsqueda de Dios como algo que le represente importancia en la vida;  las búsquedas habituales escogen caminos por lo general no pensados ni planeados, confundiendo los medios, las personas, encontrándose perdidos y alejados de los objetivos preponderantes en la vida.
Cuando reorientamos nuestra búsqueda en la dirección correcta, por sendas correctas y priorizamos nuestra realización de vida, entonces no nos queda otra que buscar a Dios para dar sentido de vida a la existencia humana. Buscar a Dios debería ser nuestra preferencia, dejar de lado toda angustia, toda preocupación para darnos la oportunidad de encontrar las huellas firmes y seguras que nos garanticen primero, el encuentro con Dios y luego justamente, de esta manera lograríamos el famoso encuentro consigo mismo. Jesús advirtió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida y nadie puede ir al Padre sino por mí". Palabras que indican seguridad y generan confianza frente a toda renuncia para lograr lo tan anhelado, reencuentros consigo mismo, con mi prójimo, con la naturaleza, cuando siguiendo sus huellas en las Escrituras encuentro a Dios mi Padre y mi Creador.

Edgar Devia Gongora

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